
El planteamiento general se basa en la necesidad de integrar la solución al conflicto en la gestión de la empresa, evitando dilaciones y falta de vinculación de la solución a la capacidad organizativa de la propia empresa.
Los conflictos se producirán normalmente a nivel de empresa, afectando a la totalidad de la plantilla o a un grupo genérico e indeterminado, pero también a nivel superior al de la empresa, por ejemplo por la negociación de un convenio colectivo de rama o sector de actividad.
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